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La vida en Londres, 1902-1903
Nos quedamos pasmados por la tremenda extensión de Londres. Aunque el día de nuestra llegada el tiempo era deprimente, la cara de Vladimir Ilich se iluminó inmediatamente, y empezó a observar curioso aquella fortaleza del Capitalismo, olvidándose por un momento de Plekhanov y los conflictos de la editorial.